La visita de un presidente de Estados Unidos a Cuba se ha hecho esperar casi 90 años pero puede estar más cerca de lo que muchos pensaban.
Este jueves se espera que la Casa Blanca haga el anuncio oficial de algo que ya se comentaba en medios estadounidenses la víspera: Barack Obama planea viajar a Cuba muy pronto, posiblemente en marzo.
Será una de las paradas en una gira a varios países de la región, pero de seguro la que más atención atraerá por lo emblemática que es y lo que supone en el proceso de acercamiento entre los dos países, iniciado el 17 de diciembre de 2014.
La noticia se filtró a la prensa de boca de funcionarios que prefirieron guardar el anonimato porque no se había hecho el anuncio oficial.
Y pese a su carácter no oficial, la reacción de algunos de los aspirantes a la nominación republicana para las elecciones presidenciales de EE.UU. no se hizo esperar.
Tanto Marco Rubio como Ted Cruz, ambos de ascendencia cubana, criticaron la decisión de Obama de visitar el país.
Los dos precandidatos coincidieron en que no viajarían a Cuba si fueran presidentes.
“No si no es una Cuba libre”, dijo tajante Rubio, quien aseguró que el régimen cubano no ha hecho cambios hacia la apertura.
Cruz por su parte indicó que él no viajará a la isla “mientras los Castro gobiernen el país”.
El camino de Obama hacia Cuba, por tanto, no estará exento de críticas y tampoco de algunos obstáculos que siguen impidiendo que las relaciones entre Estados Unidos y Cuba sean totalmente normales. BBC Mundo te presenta los principales.
1. El embargo
“No podrá haber relaciones normales entre Cuba y los Estados Unidos mientras se mantenga el bloqueo económico, comercial y financiero”, declaró el gobierno cubano al anunciar el restablecimiento de su embajada en Washington a mediados del año pasado.
El embargo económico de Estados Unidos sobre la isla está vigente desde 1962 y fue la respuesta de EE.UU. a la confiscación de bienes de ciudadanos y compañías estadounidenses en Cuba tras la revolución encabezada por Fidel Castro en 1959.
El propio presidente Obama es partidario de que se levante el embargo, pero no lo puede hacer solo: al tratarse de una ley sólo puede ser retirado en su totalidad por una decisión del Congreso.
Para sortear la oposición del Congreso, Obama se ha valido de medidas ejecutivas para flexibilizar las restricciones al intercambio económico entre EE.UU. y la isla en sectores que incluyen los servicios empresariales, los viajes, las telecomunicaciones, la banca y las remesas.
Esta misma semana se confirmó la reapertura de vuelos comerciales a la isla ante de que termine el año.
2. La base naval de Guantánamo
Cuba y EE.UU. no se ponen de acuerdo sobre los terrenos donde se encuentra la base naval estadounidense de Guantánamo en Cuba. Castro ha reclamado reiteradas veces la devolución del territorio.
Para el gobierno cubano es una condición sine qua non de la normalización de relaciones con EE.UU.: “Para alcanzar la normalización será indispensable también que se devuelva el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval en Guantánamo“, declaró el presidente cubano el año pasado.
El cierre de la prisión fue una de las promesas electorales de la primera campaña de Obama en 2008 que aún no puede cumplir. Pero EE.UU. nunca ha hablado de devolver el territorio.
Al ser un tema que afecta directamente los planes de Defensa y Seguridad, las negociaciones sobre este punto no han sido tan públicas ni mediáticas como las del embargo.
3. Las reparaciones
El gobierno cubano también ha exigido que “se compense al pueblo cubano por los daños humanos y económicos provocados por las políticas de los Estados Unidos”.
Esto nos lleva a otra de las cuentas pendientes entre ambos países: las reparaciones.
Estados Unidos reclama compensaciones a La Habana por los bienes de nacionales estadounidenses que fueron expropiados tras el triunfo de la Revolución.
El Departamento de Justicia de EE.UU. tiene 8.821 reclamos entre empresas e individuos estadounidenses que aseguran haber perdido sus propiedades.
En total suman casi US$2.000 millones, en dólares de 1960.
Cuba en cambio reclama reparaciones a EE.UU por los daños generados desde que se impuso el embargo.
Según el informe de 2014 “Cuba vs Bloqueo” que la isla presentó ante la Asamblea General de Naciones Unidas, estos daños ascienden a US$1,11 billones.
4. Democracia y derechos humanos
Hace casi un año, se citaron en Washington DC delegaciones de ambos países para definir la agenda de cara al futuro diálogo sobre derechos humanos.
EE.UU. insiste en que quiere ver mejoras en este aspecto en la isla.
Pero desde el punto de vista cubano, es EE.UU. el que debe reconocer su forma de “democracia popular y participativa”, como califican su sistema de gobierno. Y no ellos los que deben cambiarla.
El principal problema, coinciden los expertos, es que Estados Unidos quiere imponer sus “valores democráticos” y Cuba quiere que se le reconozca su sistema político de “democracia participativa” con partido único.
5. Política de inmigración
En 1966, Estados Unidos puso en marcha la llamada “Ley de Ajuste”, que permite a los cubanos solicitar la residencia permanente al cabo de un año y un día de estar en territorio estadounidense.
En este sentido, la Casa Blanca no ha hecho anuncios de que vaya a cambiar su política migratoria hacia Cuba.
Este es un tema polémico en el Congreso de Estados Unidos donde hay legisladores que consideran que es una forma de proteger a los cubanos del régimen castrista, mientras otros creen que es un beneficio del que algunos cubanos se aprovechan.
Y las implicaciones de esa política se han hecho sentir en varios países de América Latina, que han tenido que lidiar con un flujo cada vez mayor de cubanos que intentan llegar a EE.UU. antes de que se modifique.
¿Se dan las condiciones idóneas?
No era un secreto que el presidente Obama esperaba poder planificar un viaje a Cuba durante su último año en la Casa Blanca.
En una entrevista exclusiva con Yahoo News el pasado mes de diciembre, a propósito del aniversario del deshielo de las relaciones entre ambos país, Obama expresó su esperanza de poder visitar la isla en unos meses, pero advirtió que sólo lo hará si le permiten encontrarse con disidentes cubanos.
“Si voy de visita, entonces parte del pacto es que pueda hablar con todo el mundo”, dijo Obama en aquel momento.
“He dejado muy claro en mis conversaciones directas con el presidente de Cuba, Raúl Castro, que seguiremos intentando llegar hasta aquellos que quieren ampliar el ámbito de la libre expresión dentro de Cuba”.
Como argumento para fundamentar su viaje, Obama manifestó en aquella entrevista que quizá había llegado la hora de decir:
“Ahora es un buen momento para destacar el progreso que se ha hecho y también quizá ir a la isla para impulsar al gobierno cubano en una nueva dirección”.
Mientras se den las condiciones adecuadas, la visita de Obama a Cuba se puede ver como la culminación lógica de la nueva dirección de la política de EE.UU. hacia Cuba.
¿Y cuáles son esas condiciones adecuadas? Según Obama, éstas incluyen un cambio visible en las vidas, libertades y posibilidades económicas de los cubanos comunes y corrientes.
“Si vamos hacia atrás, entonces no hay mucha razón para que yo vaya allí. No estoy interesado en validar el status quo”, dijo el pasado diciembre.
Habrá que esperar al anuncio oficial de este jueves para saber cuáles son los motivos que finalmente han llevado a Obama a tomar la decisión de viajar a La Habana.
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5 cuentas pendientes entre Estados Unidos y Cuba que marcarán la histórica visita de Obama a la isla
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